Para hacer frente a la multiplicación y creciente sofisticación de los ciberataques, las empresas han estado invirtiendo durante varios años en productos de ciberseguridad (firewalls, antivirus, EDR…) y de respaldo. Sin embargo, la estrategia de depender exclusivamente de estas soluciones sigue siendo insuficiente hoy en día. Sin una complementariedad entre el humano y la tecnología, los cibercriminales siempre encontrarán una puerta para entrar en los sistemas de información.
Por lo tanto, las empresas deben evolucionar el rol del colaborador, pasando de víctima a verdadero contribuyente a la seguridad de la organización. ¿El desafío? Establecer una cultura de seguridad informática que integre sensibilización, formación continua y responsabilidad individual. Así es como se construye un nuevo eslabón en la cadena de seguridad, llamado “Human Firewall“.
¿QUÉ ES UN HUMAN FIREWALL?
Los incidentes de seguridad causados por la negligencia de los empleados se han convertido en un problema recurrente para las organizaciones. A pesar de las acciones implementadas por el CISO, los colaboradores continúan adoptando comportamientos de riesgo:
- difusión de información personal en las redes sociales;
- compartición de credenciales;
- uso de software no aprobado…
Tantas prácticas peligrosas que dejan la puerta abierta a los cibercriminales. Según un estudio del editor Proofpoint de 2024, el 80 % de los CISOs consideran hoy en día el riesgo humano como un riesgo mayor de ciberseguridad para los próximos dos años. Y para poder detener este problema, la simple concienciación sobre el phishing ya no es suficiente. El colaborador debe estar hoy en día involucrado en el corazón de la cultura de seguridad de la empresa, pasando de ser un objetivo a un vigía. Se habla entonces de Firewall Humano, o Human Firewall.
¿Cómo se construye un Human Firewall?
Para ello, las empresas deben implementar un conjunto de acciones de sensibilización y formación en la vida cotidiana de los empleados.
- Educar en ciberseguridad: formar a los empleados para reconocer comportamientos de riesgo y amenazas potenciales, como correos electrónicos de phishing o enlaces sospechosos.
- Formar continuamente: organizar regularmente sesiones interactivas (gamificación) y simulaciones de crisis para mantener un alto nivel de vigilancia.
- Destacar la responsabilidad individual: asegurarse de que los empleados comprendan su rol y su responsabilidad en la protección de los datos y del sistema de información de la empresa.
- Desarrollar e instaurar una cultura de seguridad fuerte en la empresa: hacer todo lo posible para que la seguridad informática sea percibida como una parte integral de las actividades diarias y de la misión de la organización.
Un cambio de paradigma en la cultura de seguridad de la empresa parece ser una buena idea… que la mayoría de las veces es inexistente o subexplotada. Sin embargo, si su implementación requiere más presupuesto y esfuerzo que una campaña de sensibilización tradicional, el Human Firewall tiene numerosas ventajas.
LOS 4 BENEFICIOS DEL HUMAN FIREWALL EN CIBERSEGURIDAD
#1 Reducir los riesgos de ciberataques
El principio del Human Firewall es convertir a los colaboradores en actores de la ciberseguridad. En primer lugar, pueden bloquear los ciberataques, identificando y reportando actividades sospechosas antes de que causen daños. Un ejemplo entre muchos: un empleado formado en ciberamenazas tendrá más facilidad para reconocer un intento de phishing y podrá alertar al servicio de IT rápidamente.
#2 Mejorar la respuesta a incidentes
El concepto de Human Firewall implica que cada uno de los empleados sepa cómo reaccionar en caso de un ataque exitoso. Si los colaboradores conocen los buenos reflejos a tener en estas situaciones, podrán actuar proactivamente para limitar los daños. Entre estos buenos reflejos, se encuentra desconectar del red una máquina infectada sin apagarla, lo que permite que los equipos informáticos accedan al log.
#3 Reforzar la conformidad y la gobernanza
No es un secreto: las regulaciones en materia de ciberseguridad se multiplican y se vuelven más complejas. Y es en este contexto donde el Human Firewall resulta útil: empleados concienciados son un nuevo recurso para las empresas que desean cumplir con las normas legales y sectoriales, reduciendo así el riesgo de sanciones y penalizaciones.
Lo mismo ocurre con las políticas internas: los empleados informados sobre los procedimientos de la empresa son más propensos a seguirlos. Resultado: una mejor gobernanza cibernética y colaboradores más involucrados.
#4 Reducir los costos
De manera más global, prevenir los ataques mediante personal formado permite ahorrar los costos relacionados con incidentes de seguridad:
- sanciones financieras;
- interrupciones de actividad;
- medidas de remediación…
Al invertir en la formación y sensibilización de los empleados, las empresas pueden reducir la probabilidad de incidentes y, por lo tanto, minimizar los gastos relacionados con la gestión de crisis.
¿CÓMO CONSTRUIR SU PROPIO HUMAN FIREWALL?
#1 Organizar formaciones sobre temas de ciberseguridad
Primera etapa: implementar sesiones de formación continua sobre ciberamenazas, técnicas de phishing y buenas prácticas de seguridad. ¡No dudes en organizar también simulaciones de ataques! Preparan a los empleados para reconocer amenazas y reaccionar, así como para identificar sus propios comportamientos de riesgo y adoptar una buena higiene ciber.
#2 Incentivar a los empleados a reportar actividades sospechosas
Para que los empleados adopten plenamente la postura de Human Firewall, las empresas deben fomentar el reporte de actividades sospechosas. A este respecto, la implementación de sistemas de recompensas por reportes de seguridad exitosos puede motivar a los empleados a estar más vigilantes (regalos, reconocimiento público…). También debes mantener una comunicación abierta y transparente: los empleados deben saber dónde y cómo reportar actividades sospechosas, sin temor a represalias.
#3 Hacer comprender y respetar las políticas de la empresa en materia de ciberseguridad
Los empleados deben estar informados sobre lo que se puede y no se puede hacer en la empresa. Estas reglas, inscritas en la Política de Seguridad de Sistemas de Información (si la empresa dispone de ella) o en la carta informática en un nivel menor, deben ser comunicadas a cada uno de los empleados. Esto les informa sobre sus obligaciones y deberes.
Pero eso no es suficiente: para que estas reglas sean respetadas, también hay que implementar procesos y herramientas adecuadas. Un ejemplo: una interfaz web que permita realizar una solicitud excepcional de exención de derechos otorgados.
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